En este proyecto, nos encargamos exclusivamente de la dirección de obra, adaptando un diseño original de un colega a las necesidades específicas del propietario. Este enfoque colaborativo nos permitió crear un espacio que cumple con los requisitos funcionales y refleja las aspiraciones del propietario. La construcción, compuesta en un 70% por hormigón, aporta solidez y durabilidad, asegurando estabilidad y permitiendo una estética contemporánea y minimalista. Optamos por un diseño interior minimalista, con espacios despejados y bien definidos, donde cada elemento tiene un propósito y contribuye a la armonía general. Utilizamos no más de dos o tres materiales tradicionales, optimizando recursos y resaltando las virtudes de la arquitectura. La simplicidad en la selección de materiales permite que la complejidad del espacio surja de las interacciones entre los elementos, creando un ambiente que invita a la reflexión y al disfrute. Durante la dirección de obra, supervisamos cada detalle con precisión y cuidado, garantizando calidad y cumplimiento de plazos. La colaboración constante con los trabajadores y el propietario fue clave para lograr un resultado que supera las expectativas. El resultado es una vivienda funcional y eficiente, integrada perfectamente en su entorno y ofreciendo un refugio contemporáneo que respeta la esencia de los materiales y la filosofía de diseño minimalista. En nuestro estudio, creemos en la adaptabilidad y personalización en cada proyecto, asegurando que cada vivienda sea un reflejo auténtico de quienes la habitan.
